Personal

Silvia Gubern

05/10/73. (Sala 011)

“Vous qui ne voyez pas, pensez à ceux qui voient”

Lazos, cintas, manteles, estrellas, lámparas, animales y plantas, el desierto, las piedras, los huesos, la luz que ilumina objetos y los objetos que irradian luz, los peces, las columnas, las cortinas tras las cuales hay “algo”, cosas colgadas con cadenitas, cosas apoyadas, cosas que flotan y cosas que sostienen otras cosas, cuadros que representan cuadros. Ejemplos de elementos que configuran la pintura de Silvia Gubern.

Con ellos crea anagramas cuya solución siempre nos descubre cosas importantes a las que no dábamos importancia o nos hace olvidar cosas ridículas que considerábamos “esenciales”.

Su medio figurativo tiene unos componentes de lectura que podemos resumir en cuatro grupos:

1º-  Utilización de un medio fijo. Éste consiste en pintar las imágenes invertidas en un vidrio, de modo que lo que ve el espectador está “detrás” del soporte, lo que sugiere que lo representado no pertenece al mundo de cosas tangibles. Los marcos de madera nos separan aún más de la obra y nos ayudan a ser conscientes de este “tránsito”.

2º- Los “signos de lectura” se formulan a nivel de frase: palabras, letras, escrituras inventadas, frases, etc. Todos ellos se significan exactamente a sí mismos, tal como ocurre en la kábala, el Evangelio y los calendarios moralistas.

3º- Los colores corresponden a las formas y no a los contenidos de las formas. Pueden aplicarse a modo de pinturas planas y recortadas de suaves difuminados o de precipitados rellenos con pinceladas desordenadas, pero siempre están al servicio de lo representado. Los colores son “formas”, son el “fondo”, son el “estampado” y sobre todo “los colores del cuadro”, los atributos de la identificación del objeto.

4º- Los elementos figurativos son los habitantes del mundo mitológico personal de la artista, que van adoptando formas distintas para asumir el papel teatral que les corresponde en cada cuadro, como en las representaciones de marionetas o en las de “La Comedia dell’Arte”.

Debemos ver la solución de continuidad que esta última serie de obras sobre vidrio representa respecto a la evolución del artista.

Contrariamente a lo que suele ocurrir, a Silvia Gubern no le interesa nada la continuidad y homogeneidad de su obra. Pasa largas temporadas prácticamente inactiva y sólo trabaja cuando existe un estímulo creativo inmediato.

Estas “islas creativas” -que responden a una misma “weltanschaung” pero que atienden cada vez a vivencias distintas y atomizadas- son el paraíso perdido de los artistas comprometidos a una producción constante y a menudo tediosa.

Pensamos que Silvia Gubern es la reencarnación de Germaine Berton, la más luminosa divinidad surrealista.

Santiago Roqueta

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