La habitación vacante

Juan Navarro Baldeweg

27/02/76. (Sala 047)

Durante la Barcelona de 1976, en plena efervescencia cultural, Juan Navarro Baldeweg tiene la suerte de presentar la exposición “Luz y Metales” en la mítica Sala Vinçon. El contenido de esta exposición fue fruto de sus trabajos e investigaciones, durante una beca en el M.I.T (Center for advanced visual Studies) de Massachussetts entre 1971 y 1975 bajo la tutela de Gyorgy Kepes. Como el mismo Baldeweg comenta, en su conferencia “Horizonte habitable”(11 de Noviembre de 2002) durante su estancia en Massachussetts  exploró “el modo de realizar obras que definen un ámbito natural habitable: una casa del hombre”.

Juan Navarro presenta una serie de piezas, que reflexionan sobre la atmósfera. Entre las piezas podemos encontrar: «Cinco unidades de la luz», «La fuente y el drenaje», «Sombra Macchia en forma de libro», «Arado», una tienda de campaña, cuyas paredes interiores están revestidas de terciopelo rojo o “Edge of the Sun”. Pero posiblemente, lo más meritorio, fue la atmósfera fenomenológica con la que dotó a la sala principal. En esta estancia con lucernario norte y dos ventanales enfrentados, a la cual se accedía mediante un ascenso en escalera; Juan Navarro colocó un columpio detenido en el punto más alto de su oscilación, y capturó los rayos de luz que entraban por los ventanales, con pinceladas azules, verdes, negras, rojas y amarillas. Esta visión del columpio, sorprendentemente estático, contrastaba con el esfuerzo del visitante al llegar a la sala por las escaleras.

El columpio se presentaba ante el espectador a la altura de sus ojos, recurriendo a la memoria colectiva, al evocar el placer de un niño. Esta congelación del movimiento, estaba potenciada mediante un artilugio hecho con un conjunto tornamesa equipado con unos platillos de orquesta, que realizaban unos sonidos con la frecuencia que debería tener el columpio en movimiento, y que  marcaban el paso del tiempo.

Con este interior Baldeweg ponía de manifiesto las dimensiones esenciales del medio físico. Estos ingredientes, no eran otros que la luz, la gravedad, el horizonte  y la mano. Captura la luz mediante el empleo de la mano, redibujando con trazos sueltos y de colores los rayos de luz  que entran por la ventana, como si se tratase de una máscara superpuesta al ambiente real, imitándola y reflejando la realidad como un eco. Esta superposición de los efectos de la atmósfera exterior sobre la ventana, surgieron de la fascinación de Navarro Baldeweg al volver a ver la luz mediterránea, tras su estancia en América. El horizonte se activaba mediante el travelling que suponía la ascensión a la sala, con la primera vista del columpio y la entrada a la sala, continuando con la mirada de los ventanales a izquierda y a derecha, dejándonos constancia de la presencia de una fuerza terrestre en contraste con el vaivén del columpio. Una especie de sensación de simetría antagónica, un sujetos y libres. La gravedad se manifestaba mediante la presencia detenida e ingrávida del columpio.

Esta recordada exposición de Juan Navarro Baldeweg supuso un verdadero laboratorio de la percepción; consiguiendo este espacio mental suspendido en el tiempo y el instante. Fue sin duda un esfuerzo clarificador, que implicaba la activación del sujeto pasivo, para dejar constancia de ciertas cosas esenciales en el medio físico, como la gravedad, el horizonte, la luz y el espacio. Una verdadera caja de resonancia, para el disfrute perceptivo.

Texto de Iker Moya y Estíbaliz Carretero

Bibliografia: 

Navarro Baldeweg, Juan.; Juan Navarro Baldeweg : opere e progetti / con testi di Juan José Lahuerta, Angel González García e Juan Navarro Baldeweg ;Electa, Milano : 1990. 

Navarro Baldeweg, Juan.; El Croquis, Nº 133

Navarro Baldeweg, Juan. ; Navarro Baldeweg ; editor, Raúl Rispa. Tanais, Sevilla : 2001.

Faura, Ramón; Ibarra, Santi; PIZZA, Antonio (eds.) .Arquitecturas sin lugar: 1968/2008; Editorial: Col·legi d´arquitectes de Catalunya