«Espanas y números»

Carmelo Hernando

03/06/10. (Sala 271)

El pop, que todo lo devora, tiene sus propios sacerdotes. Carmelo Hernando (Haro, 1954) es uno de ellos. Formado en el cómic, el diseño y el fotomontaje, este alquimista de la imagen y de las retóricas y técnicas del arte y la cultura de masas ha dado esquinazo a las artes de la serialización para volver al taller del pintor.

La materialidad del pigmento y la del tiempo son sus nuevos aliados, y la razón de ser de la etiqueta más bien irónica con la que regresa a la Sala Vinçon: memorialismo pop. De su obra reciente al óleo ha elegido dos series sobre el tiempo, Espanas y Números. La materia de la primera es la historia. La mitología, la de la segunda.

Números transcurre a lo largo de 25.000 años. En ella, Hernando hace un inventario de iconos y de fetiches -desde la Venus de Willendorf hasta nuestros días-, en el que deja traslucir filias y fobias, y que por tanto no escatima cierto ajuste de cuentas. Un museo imaginario que apunta a la restitución de lo ilimitado en lo propio, y que recuerda a los gabinetes de curiosidades, epifenómeno de la obsesión renacentista por cuadrar el macro con el microcosmos, aunque pasados por la práctica del tuning, en este caso, iconográfico.

Por el contrario, la de Espanas es la medida de una vida: 55 años, la edad del artista. Aquí la estrategia es distinta, y exige una lectura política. A la insuficiencia narrativa de las imágenes para contar lo histórico -de ahí el recurso crítico al montaje-, Hernando suma otra, ya que la historia reciente de España, desde los setenta hasta ahora, es para él la historia de un desencanto.

Tal vez por todo ello, Hernando dice ahora que, gracias al óleo, al fin ha aprendido a narrar con imágenes.